Ecoprint
El Arte de la Eco-Estampación
Uno de los mayores atractivos del Ecoprint es que se trata de un arte tremendamente experimental. Es por eso que siempre decimos que en esta técnica no hay reglas fijas, lo que hace todo aún más interesante.
Hay quien cree que esta técnica tiene cientos de años de antigüedad y quien, por el contrario, piensa que se acaba de inventar. Pues ni una cosa ni otra, ya que la Estampación Botánica cuenta con algo menos de dos décadas de existencia, lo que contrasta con el resto de disciplinas tintóreas que atesoran miles de años de antigüedad. Es por ello que todavía se encuentra en una fase muy experimental. Sin embargo, tal es el entusiasmo que está causando en la comunidad de “ecoprinteras” (la inmensa mayoría) y “ecoprinteros” (una minoría), que cada año se descubren nuevos trucos, métodos y efectos que van sentando las bases de esta innovadora y prometedora forma de estampar.
La eco-impresión
Creando huellas de inspiración botánica
La traducción literal de Ecoprint es “eco-impresión” y al final es eso, una impresión –en este caso textil– para la cual se utilizan materias vegetales como único medio para generar estampados botánicos sobre telas.
La Estampación Botánica (como a nosotros nos gusta llamarla) es una disciplina tintórea que nos permite transferir a las telas tanto el color como la forma de diversas partes de las plantas y en ocasiones incluso hasta texturas y una cierta sensación de relieve (efecto 3D). Como irás comprobando, se trata de una técnica muy versátil y cuyas posibilidades creativas son ilimitadas. En este curso te aportaremos infinidad de consejos, informaciones y trucos para que puedas adaptarla a tus propios esquemas de creatividad. Porque sí, mucha gente la practica pero, ¿cuál es su sello personal? Como cualquier otro Arte, Ecoprint es una invitación a expresarte, en este caso, a través de los textiles. Emocionante ¿verdad?
¡MÁS QUE HOJAS!
Es cierto que lo que más se suele usar en Ecoprint son hojas pero, por suerte, este Arte es enormemente moldeable y te permite usar cualquier parte de la planta: tallos, frutos, cortezas, maderas, semillas, raíces y, por supuesto, flores. Por eso las puertas de la creatividad están abiertas, de hecho, “de par en par”. Lo más complicado aquí es saber qué plantas utilizar.